
80 años, trigueño, con un rostro deprimido. Algo de cabello, frente arrugada y tristes ojos con ojeras marcadas. Su boca está caída y su cuello tiene la piel suelta. Vista una camisa celeste desgastada bajo un terno café a cuadrillé y apolillado. Su pantalón es un poco más oscuro que el terno y denota sus extremidades inferiores delgadas. Sus manos son huesudas, los nudillos muy arrugados y las uñas sucias. En su juventud era un tipo más oscuro, se escondía tras una mirada gacha, sus labios siempre estaban muy apretados, su cuello estaba erguido y le formaba una pequeña joroba. Con el paso del tiempo levantó la mirada y su cuello se enderezó y su piel se hizo un tanto más brillante. Pero al pasar el tiempo en un mundo oscuro se avejento de golpe y su cuerpo se deterioró con velocidad.
Es un hombre callado, melancólico y reflexivo. Repasa en su cabeza los recuerdos de su juventud. Una y otra vez vuelve a la idea de cómo no pudo encontrar la felicidad. Su juventud la pasó temiendo a lo desconocido y ese temor lo detenía para actuar. En la actualidad vive decepcionado de haber temido toda su vida.
Es un hombre encerrado en una habitación llena de objetos antiguos y recuerdos de todo tipo. En su juventud conoció a uno que otro personaje que lo ayudaba ante las adversidades, aunque no lograba sentir algún afecto por ellos y escapaba. Teme a las fuerzas superiores que dominan su mundo, aunque una vez tuvo la oportunidad de enfrentar al causante de todo mal, pero no salió victorioso.
EL EQUIPO
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